- Yoel Soto
Rumba I
Updated: Mar 15, 2019
Esa sangre tuya, mulata,
hecha de blanco y de negro,
de abanico y azabache,
hecha de látigo y cuero,
ha causado tantas quejas,
tanta envidia y tanto celo,
que hasta Dios con su lamento
ha hecho temblar el cielo.
Con tu vaivén, mira mulata,
yo todavía recuerdo
que vi bailar una rumba
a un cardinal y a su clero.
Pero como esa boca, mulata,
no arde ni el mismo fuego;
con esa lengua que estrangula,
con esas bembas, no hay deseo
que pueda agotarse en vano
besando un beso sincero;
sin temores ni censuras,
sin escrúpulos,
sin rodeos.
Para qué seguir, mulata,
lujuriándote ese cuerpo,
sin conviertes en virtud
el pecado y el defecto.
Si por esa piel, mulata,
he perdido yo hasta el ego,
he llorado,
he suplicado,
me he arrodillado al suelo.
No me avergüenza, mulata,
que te diga todo esto,
pues no existo sin tu sangre
hecha de látigo y cuero.
YOEL SOTO
