- Yoel Soto
poemario "De Mis Musas"
III
Hija de tantas suposiciones.
Me has adoptado en tu seno
desde tu mismo vientre;
sano, que evoca liras y flautas
y aun más versos delirantes
por tantas ganas de seguir haciéndome el amor;
yo, entre la ira de una plaga
destruyendo muros de desafortunas,
tú, en tu húmedo norte,
soffiando montes desde una rama
en un legendario roble.
Diosa de tantas de mis más renovadas ideas,
con cada poema te levanto un altar de hojas de πλάτανο
donde te haces ligera ante una gravedad perversa
que nos acomuna en un mismo vuelo.
Cómo llamarte entonces con los tantos nombres
que te conjugan al azar;
uno de los tantos nombres que cada uno de los tantos fuera de juicio
a quienes sorvolaste te inventó,
te generó y degeneró,
te odió y te veneró al mismo tiempo
que en ciervo tuyo se convertía
jugando con destreza con lo que el mundo aún no concibe sano:
¡la palabra!
Musa, hija de quien seas, o hija mía:
con todo este corazón que nos has preparado
puedo seguir reventando Auroras
y embarrando el aire de intelectualidades arcaicas.
Me has parido en la más dificil de las eras
donde lucho contra mi misma imagen y semejanza,
inadecuada más que siempre.
Mas tú, Eterna,
con todos los miles de ojos que aquella noche me brindabas,
supiste imponerte a la mortalidad de mi rutina
que hiciste inmortal atropellándola como un sabio cincel.
Te suponen diosa
mas yo te evoco cada vez el alma
-o me la evoco yo mismo en cada tuya presencia
como contándonos las más dulces mentiras
en aquella fértil sucesión de orgasmos.
YOEL SOTO
