- Yoel Soto
Hondura
Del escribir, confieso,
la necesidad se adueña;
el cada labio de los cuatro sueña;
la suerte incógnita del beso enseña
la cruel locura que tu pecho ensena.
Como rastro ahumado tu perfume aliena
cada costumbre impuesta, aburrida y huera;
¡qué mis manos y tus senos ardientes mueran
la angustia injusta, humana, embustera!
Viértete, hondura, a mitad o entera;
desgárrame las verdades (o calumnias que fueran);
trépame, mas al bajar doliente y fiera
¡sábeme!, ¡ríeme! aun nos hiera.
Yoel soto
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